El otro día me puse a pensar sobre la doble vida que estoy llevando y me dió no lo se... una especie de miedo. Habemos personas que por circunstancias tenemos que mantener y llevar una imagen que no es del todo nuestra.
Mi rutina consiste de seis de la mañana a dos de la tarde dar clases a niños de preescolar, esconder mis tatuajes y perforación porque bueno... los padres no ven con buenos ojos que una chica de 22 tatuada y perforada cuide y de clases a sus hijos; en mi lenguaje no existen las "malas palabras" y aunque este estresada obviamente adiós a la idea de poder fumar un cigarillo en la hora del receso. Me toca tener el papel de mujer atenta, estricta, amable, contenta, cariñosa y otros adjetivos...dar la buena cara que en ocasiones no tengo.
A las 2:10 de la tarde aproximadamente puedo quitarme la venda que esconde mi perforación, también si hace calor puedo mostrar mis tatuajes, sin embargo corro el riesgo de encontrarme por la calle a un padre de familia o a un alumno.
Los viernes, sábados, domingos y periódo vacacional puedo ser quien soy, fumar a la hora que quiero, escuchar a la gente que me agrada, no fingir lo que siento y pienso , pensar de lleno en fotografías vaya.... tener una vida y no fingir otra.
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